El agua de coco es fresca y deliciosa, puedes beberla sola o convertirla en un ingrediente para darle un toque diferente a tus recetas.
En la cocina asiática es muy común el uso de leche de coco para espesar las recetas y aportar sabor. Pero el agua de coco no debe dejarse de lado, porque también es sabrosa y aporta muchos beneficios.
Puedes leer acerca de los beneficios del agua de coco aquí.
Jarabe de coco y maní
Con esta receta estarás incluyendo una recarga de nutrientes y proteína, queda muy bien con panqueques, sobre una bola de tu helado favorito o como acompañante para un plato de frutas frescas.
Ingredientes:
- 2 tazas de agua de coco
- 3 cucharadas de mantequilla de maní, te aconsejamos conseguir uno orgánico o natural
- 4 cucharadas de azúcar o 3 cucharadas de jarabe de agave
En una sartén mediana lleva el agua de coco a ebullición y deja que se reduzca a la mitad. Retira del fuego y agrega la mantequilla de maní y el endulzante que hayas escogido. Intégralo todo muy bien con ayuda de unas varillas o un tenedor.
Nuestra sugerencia de presentación es que lo rocíes por encima de unos esponjosos panqueques y lo corones con algunas rodajas de plátano maduro. Un desayuno que te dejará satisfecho y con una sonrisa en el rostro.
También puedes ensartar unos plátanos en palitos de madera y mantenerlos en el congelador. Cuando sientas el antojo de un snak, tomas el plátano congelado y lo sumerges en este jarabe. A los niños les encanta.
Café de agua de coco
El café, cuando se prepara por debajo de los 90 grados centígrados, conserva sus propiedades antioxidantes y aporta un aroma maravilloso. Por su parte, el agua de coco, es un excelente digestivo y ayuda a mejorar la circulación.
Esta receta resulta muy rica, tanto fría como caliente. Beber uno de estos por la mañana te mantendrá alerta y con energía, más que listo para un día que requiera de mucha actividad y concentración.
Ingredientes
- ½ taza de café expreso
- ½ taza de agua de coco
- 1 cucharada de leche condensada (opcional)
- Hielo (si lo quieres frío)
Prepara el café a 90 grados aproximadamente. Sabrás que es la temperatura correcta cuando empiece a haber vapor, pero aún no rompa a hervir. Añade el agua de coco y la leche condensada y permite que tome temperatura. Si no quieres utilizar leche condensada, pero quieres darle un toque dulce, puedes usar jarabe de agave.
Para beberlo caliente únicamente retira del fuego y sirve. Si lo quieres frío vierte en un recipiente con mucho hielo y disfruta.
Super Tip: recuerda evitar la cafeína en las últimas horas de la tarde y durante la noche, porque al tratarse de un estimulante puede afectar la calidad del sueño que obtengas por la noche.
-Ivette González: comunicadora social, cocinera profesional, en búsqueda constante de un estilo de vida natural y saludable.