Proponerse bajar de peso es fácil, mantenerse firme en el propósito es otra historia. Le ha pasado a muchos amigos, me ha pasado a mí. ¿Te ha pasado a ti? Entonces, estos 3 consejos podrían resultarte útiles.
Un día te diste cuenta que querías bajar de peso, porque tu ropa favorita estaba empezando a sentirse más ajustada, porque al terminar de subir las escaleras estabas sin aliento o simplemente para verte espectacular en la playa durante el verano.
Tras unas cuantas semanas estabas frente a un trozo de pastel de chocolate y caramelo, preguntándote qué había pasado.
Cuando de bajar de peso se trata, uno de los retos más grandes no es perder el peso en sí mismo, es mantenerte firme. Aquí comparto contigo tres consejos, que espero te ayuden a fortalecer tu determinación.
La motivación
“Para cambiar tu cuerpo, primero tienes que cambiar tu mente”. Seguramente has escuchado o leído esta frase antes, no sé quién es el autor original, pero aunque te suene cliché, tiene razón.
Tu mente controla tu cuerpo y no al revés. Por eso lo primero que tienes que identificar es la razón por la que quieres bajar de peso, porque es a lo que vas a recurrir para obtener fortaleza cuando sientas que estás a punto de rendirte.
Tan importante como tener un objetivo en mente, es sentirte capaz de lograrlo. Si empiezas el proceso de perder peso diciendo “es que es muy difícil”, “no sé si lo voy a lograr”, “en un par de semanas me rindo”, seguramente vas a terminar por tirar la toalla.
Todos somos capaces de lograrlo, con la motivación adecuada y aceptando el reto de bajar de peso con actitud positiva.
Olvida las dietas restrictivas
Las dietas restrictivas son tan difíciles de mantener que muchos terminan por rendirse. La razón es porque este tipo de dietas no son sostenibles a largo plazo. Además, tienen un terrible efecto secundario, te hacen perder la motivación y sentir que no eres capaz.
Si te dicen que nunca jamás debes comer postres, cada vez que pases frente a la vitrina de la pastelería te será más difícil resistirte. Pero si te dicen que puedes comer postres, pero te dan una guía de qué tipos de postres puedes escoger, que sean más saludables y que contengan menos azúcar añadida y harinas refinadas.
Por ejemplo, no será lo mismo esa dona rellena de mermelada y cubierta con chocolate, que una galleta de arroz con trocitos de frutas frescas y un poquito de mantequilla de maní natural.
Recuerda que estás cambiando tu estilo de vida a uno más saludable, más que adoptar una dieta temporal.
Pequeñas victorias
Si fueras a correr una carrera de 100 metros, tendrías que empezar con una tremenda explosión de energía, darlo todo desde el principio. Pero cuando de correr una maratón se trata, si haces una salida explosiva, para el primer kilómetro ya no tendrás energía.
Bajar de peso sin rendirte se parece más a una maratón, por eso no intentes hacer demasiados cambios drásticos en un periodo de tiempo muy corto, porque resulta abrumador.
Establece metas diarias o semanales. Por ejemplo, esta semana voy a reemplazar los refrescos por jugos naturales y saldré a trotar 30 minutos al menos tres días. La próxima semana voy a empezar a usar jugos verdes para reemplazar el desayuno de los lunes y trotaré 40 minutos en lugar de 30.
Así, irás acumulando pequeñas victorias, que se transformarán en grandes cambios. Estas pequeñas victorias me encantan, porque al hacerte sentir bien funcionan como una fábrica de motivación y te demuestran que eres capaz de lograrlo.
¿Tienes algún consejo que te gustaría agregar a esta lista? Déjanos tu comentario, me encantaría saber qué te funciona.
-Ivette González: comunicadora social, cocinera profesional, en búsqueda constante de un estilo de vida natural y saludable.