Empecemos por aclarar que adelgazar no significa pasar hambre. Más que ponerte a dieta, es adoptar un estilo de vida saludable y, sobre todo, feliz.
En mi bolso siempre hay algo de comer, un paquetito de galletas de arroz, una barra de granola o nueces. No es simplemente por el gusto de llevarlo, es que en verdad siento que lo necesito, porque cuando tengo hambre soy más temible que Hulk.
El mal humor es una de las características propias del hambre, pero la realidad detrás del mal humor es lo que realmente te debe preocupar, se trata de una señal de tu cerebro que te anuncia que se quedó sin energía para funcionar.
El tipo de energía de la que se alimenta el cerebro proviene de la glucosa en la sangre, cuando pasas más de 7 horas sin comer, las reservas de glucosa se acaban y la energía que produce la grasa, por ser difícil de romper y obtener, únicamente alcanza para cumplir el 75% de los requerimientos energéticos del cerebro.
Sentir hambre le hace daño a tu cuerpo, a tu bienestar emocional y hasta a tu relación con otros. Por si fuera poco, el hambre no te deja adelgazar, porque simplemente al cuerpo le preocupa tanto creer que se le va a acabar el combustible (la grasa), que lo almacena y se niega a dejarlo ir.
La buena noticia es que para adelgazar no tienes que pasar hambre, es más, lo ideal es que la evites. La clave está en comer balanceado, para ayudarte a empezar intenta aplicar estas ideas:
Reemplaza el azúcar y los almidones por vegetales
Los hidratos de carbono, como cualquier otro nutriente, son importantes, pero debes aprender a escoger cuales comer y cuales evitar. Los azúcares simples y los almidones pertenecen a la categoría que debes evitar, esto es cualquier cosa con azúcar añadida (pasteles, donas, refrescos, etc.) y granos refinados (por ejemplo, el pan hecho con harinas blancas).
En su lugar come muchos vegetales que cuentan como carbohidratos complejos, por ejemplo: brócoli, espinaca, zanahoria, calabaza, rábanos, pepino y espárragos.
Estos vegetales aportan menos calorías y contienen una gran cantidad de fibra, ideal para adelgazar. Por si fuera poco, los puedes consumir en jugos naturales también.
Manten tu cuerpo hidratado
Hay una relación directa entre la hidratación inadecuada con el índice de masa corporal y la obesidad. Una persona que no bebe suficiente agua difícilmente bajará de peso. Esto te lo explico más a detalle en esta entrada del blog: mantener tu cuerpo bien hidratado te ayuda a bajar de peso.
Además, es muy común que confundamos la sed con el hambre. Si crees que estás empezando a sentirte hambriento bebe un vaso con agua y espera 10 minutos, es probable que desaparezca.
Lo que yo hago es que nunca salgo de casa sin mi botella con agua pura y ahora que se acerca el verano, mantengo en mi refri jugos naturales bien fríos, que además de hidratar también refrescan.
Cuida tu sueño nocturno
Numerosos estudios han encontrado que dormir bien te ayuda a bajar de peso y, si te estás ejercitando con regularidad, a facilitar el desarrollo de masa muscular.
Otro muy importante hallazgo de estos estudios es que cuando no duermes bien, tiendes a tener más hambre durante el día y se te antojan cosas muy dulces, porque tu cuerpo intenta compensar el cansancio pidiéndote carbohidratos para obtener energía.
No ignores el hambre
Escucha a tu cuerpo, si sientes hambre come. Intenta que tu estómago reciba algo cada cuatro a cinco horas.
Si te preocupa que terminarás por consumir más calorías de las necesarias si comes cada vez que te da hambre, la mejor manera de lograrlo es con una dieta balanceada, que cumpla con el primer consejo que te di aquí, reemplazar el azúcar y los almidones por vegetales.
Pero si aún te quedan dudas, reemplaza tus snacks de entre comidas por jugos verdes, te quitan el hambre mientras te nutren e hidratan.
¿Cómo haces tú para combatir el hambre mientras intentas adelgazar? Me gustaría mucho que me compartieras tu experiencia.
-Ivette González: comunicadora social, cocinera profesional, en búsqueda constante de un estilo de vida natural y saludable.