Si eres de las personas que inmediatamente después de comer buscan algo dulce, tienes una adicción al azúcar… bienvenido al club.
Es muy fácil decir, voy a dejar de comer azúcar añadida en la semana pero el cómo hacerlo es lo difícil. Este antojo por cosas dulces tú mismo te los has provocado por diferentes situaciones. La buena noticia es que no todo está perdido y yo lo aprendí gracias a estos sencillos trucos los cuales hice durante 21 días, que además de hacerme una persona más saludable, me hicieron perder 3 kilos ¡wuhuu!
1. Acostúmbrate al sabor de las cosas:
Prueba tu té o café sin azúcar ni endulzantes de ningún tipo (por cierto, son igual de malos), al principio puede que no te guste cómo sepa pero después te acostumbras. Empieza los 21 días, reduciendo la cantidad que usas: la primer semana en lugar de una cucharada ponle media, la siguiente un cuarto y la última nada.
2. Fíjate en qué sientes cuando comes azúcar:
Quizás te gusta el postre después de la comida porque es el único momento del día que sales de tu oficina. En lugar de comprar una dona, yo durante estos 21 días salí a dar una vuelta, hice respiraciones o me puse a meditar un rato. Esto hace que tu mente se despeje y te olvides de comer.
3. Sacia tu antojo:
Toma todas las mañanas después de tu desayuno un vaso pequeño de jugo de verduras con frutas. Al darle a tu cuerpo ese toque en la mañana, te mantendrás más satisfecha y evitarás los antojos de medio día. Cualquiera de los de Frutos de Vida te ayudarán.
4. Toma agua:
Este truco me ayudó notablemente desde la primer semana pues resulta que muchas veces cuando tu cuerpo está deshidratado, la señal de esto se puede confundir fácilmente con antojos dulces. Cuando sientas eso, tómate un vaso grande de agua natural o mezcla unas rebanadas de fruta con el agua y prepárate alguna infusión, verás que la cosa cambia.
5. Cambia tu postre por algo más saludable:
La primer semana yo empecé comiendo una fruta, esto me ayudó muchísimo a quitarme el antojo porque al final, la fruta tiene azúcar natural. Otro buen tip es prepararte un té con un poquito de leche o comerte unas verduritas con limón. Ya sé que no se parecen en nada a un pastel, pero a veces tu cuerpo solo necesita comer algo para distraerse y no por hambre, como sucede con los postres.
6. Engaña a tu mente:
Si de plano después de comer mueres por una galleta, dile a tu cuerpo que sí lo harás pero que en un rato, primero te comerás una fruta o te tomarás un té y después tu postre. Cuando te dices que “no” automáticamente creas una situación de ansiedad y estrés que lo único que logra es que sigas pensando en que sí quieres comerlo.
7. No uses lo dulce como una recompensa:
Desde chiquitos nos han acostumbrado a que si hacías algo bien, te daban un dulce, esto ha hecho que lo relacionemos con sentirnos mejor. Yo siempre me decía “cuando acabe de escribir esto voy por un chocolate”, y eso hacía que me apurara más. Durante los 21 días, empecé a cambiar esa frase por algo que me guste hacer, por ejemplo, ver un capítulo de mi serie favorita (eso cuando trabajo en casa), ir a saludar a mi amiga del escritorio de al lado o comprarte algo al final de la semana. Piensa en cositas que te gusten y usa eso como premio, no la comida.
Recuerda que solo son 21 días y si logras esto, tu cuerpo lo empezará a ver como un hábito y te será mucho más fácil. Cuéntame cómo te sientes y comparte más tips para que podamos librarnos de la adicción juntos.