Los jugos naturales de frutas o vegetales crudos son una excelente opción para acompañar tu dieta diaria, porque aportan muchos beneficios a tu salud.
Cuando era niña los refrescos eran exclusivos del día domingo, se trataba de casi un permio si mis hermanos y yo nos comportábamos bien y ayudábamos en los quehaceres de la casa. El resto de la semana mi mamá se encargaba que bebiéramos mucha agua pura, jugos naturales o aguas frescas de naranja y limón.
En la escuela los compañeros que llevaban un refresco entre su lonchera eran pocos, pero muy envidados. Ahora que soy mayor no los envidio nada, sé la cantidad de azúcar que un refresco incluye y cuán duro trabajan mis riñones cuando lo bebo.
Desde hace algunos años ya los he ido sacando de mi dieta, los bebo en muy raras ocasiones. Esta tarea no me ha resultado dura ni complicada, se ha dado naturalmente a medida que me di cuenta cuánto disfruto beber jugos naturales.
Uno de mis favoritos es el de naranja, ese equilibrio entre dulce y ácido me encanta. Pero no me limito, si es fruta o vegetal, seguramente lo he probado hecho jugo.
Cuando empecé a tomar jugos naturales con frecuencia
Todo empezó cuando acababa de obtener mi primer empleo y me enfermé de los riñones. Nada grave, pero para que el tratamiento fuera efectivo tenía que seguir una dieta.
Por un par de meses tuve que cortar de tajo los refrescos, las bebidas con azúcar y aumentar la cantidad líquidos que ingería. El médico me recomendó, sobre todo, optar por jugos naturales.
Me curé, pero también pasó algo más. Mi piel, casi siempre reseca y con tendencia al acné, estaba hidratada y con mucho mejor aspecto. Después de hacer ejercicio el agotamiento era menor y la energía me duraba todo el día.
Los cambios fueron graduales y medianamente sutiles, tanto que no lo noté hasta que mi hermana me preguntó si había cambiado la crema que usaba para el rostro. Entonces le dije que no, empezamos a hablar y atamos cabos.
No digo que los jugos naturales sean milagrosos, que veas un cuadro de “antes y después” radical en pocos días. Pero a largo plazo los cambios ocurren y no solo del tipo que puedes ver, sino a nivel interno también.
Sí vale la pena beber jugos naturales
El detalle se encuentra en usar frutas y vegetales frescos. Mientras más fresco sea el jugo, mejor podrás aprovechar todos sus nutrimentos. Haz mezclas, prueba con diferentes combinaciones para obtener un rango más amplio de nutrimentos. En la variedad está el gusto.
Por supuesto, los jugos son un acompañamiento a tu dieta, no una dieta por sí misma. Recuerda siempre comer otros alimentos (aquí puedes ver las porciones ideales de los alimentos) y acompáñalos con tus jugos naturales favoritos.
El equipo que se use para extraer el jugo también interviene en el tipo de beneficios que obtengas. Todo depende de qué estás buscando
Por ejemplo, los extractores que utilizan fuerza centrífuga suelen eliminar casi por completo el contenido de fibra. La fibra es un componente importante para la salud digestiva, pero algunas personas con condiciones de salud específicas que afecten su sistema digestivo pueden beneficiarse de beber jugos sin fibra.
Por otro lado, las licuadoras de alta velocidad retienen la mayor parte de la fibra de los ingredientes crudos que utilices. Debido a esta fibra, estos jugos proveen nutrimentos que se liberan a menor velocidad, ayudándote a sentirte satisfecho por más tiempo.
También puedes escoger jugos envasados, como yo lo hago cuando mi rutina no me permite tomarme un momento para prepararlos. Las características que yo busco en un jugo natural envasado son:
- Que esté en refrigeración: un jugo que pude mantenerse a temperatura ambiente seguramente tendrá conservadores.
- Que no tenga conservadores: la mayoría de productos que no los incluyen te lo dirán directamente. Es importante revisar las etiquetas, ahí te puedes dar cuenta de todos los ingredientes que contiene lo que estás consumiendo. Otra pista está en la fecha de caducidad, si es muy larga probablemente sí contenga químicos añadidos.
- Que entre la lista de ingredientes no lleve agua: si entre los ingredientes principales hay agua significa que el jugo no es fresco, que puede estar hecho de concentrado y agua, lo cual no aporta los nutrimentos que el cuerpo necesita.
- Que no contenga azúcares añadidos: un jugo natural contendrá los azúcares de las frutas y vegetales con las que está hecho, no necesitas agregarle más, serían calorías vacías.
Prueba incluir jugos naturales a tu dieta diaria y en unos meses ven a contarme cómo te fue y qué beneficios notaste en tu cuerpo.
-Ivette González: comunicadora social, cocinera profesional, en búsqueda constante de un estilo de vida natural y saludable.